‘Towards Ourselves’
Un atardecer, una noche, un amanecer en Capri con el artista Giovanni Ozzola
Un atardecer, una noche, un amanecer en Capri con el artista Giovanni Ozzola
Un atardecer, una noche, un amanecer en Capri con el artista Giovanni Ozzola
Tres días en busca de uno mismo en el escenario caprense: a finales de mayo, un grupo de invitados seleccionados se reunió en el Jumeirah Capri Palace para explorar la poética del artista Giovanni Ozzola, quien creó obras site-specific en el marco de la exposición temporal ‘Colore Luce’, promovida en colaboración con Galleria Continua.
En una iniciativa colectiva, intervenciones, charlas y estudio del paisaje contribuyeron a la asimilación de la investigación filosófica del artista que se oculta tras sus obras. Giovanni Ozzola se nutre de la inmersión humana en el paisaje, retornando a las huellas primordiales del alma para hacer florecer el yo y desarrollar una práctica artística densa del “aquí y ahora”: a través de la superación de la fricción entre el interior y el exterior, entre el cuerpo y el paisaje, experimenta su propia esencia en el punto de conjunción.
Mediante la investigación de la luz en los momentos clave del día, uno entra en sintonía con las tonalidades emocionales de los instantes transitorios: este recorrido interior se traduce en las fotografías de Ozzola desde los Bunkers. En estas obras fotográficas, las ruinas contemporáneas dialogan con el paisaje y la luz que inunda los espacios oscuros es una fuerza viva que guía la mirada más allá de lo construido, hacia la naturaleza infinita, abriendo al espectador portales de silencio y meditación, sugiriendo concretamente un viaje interior que revela mundos ocultos dentro y más allá de nosotros.
En este proceso de estudio de los opuestos, el arte se convierte en una herramienta para acercarse a la propia interioridad a través de la percepción del mundo.
En apoyo a esta investigación, expertos del sector acompañaron a los invitados en un viaje de descubrimiento: Angela Tecce, presidenta del museo Madre de Nápoles, contribuyó con una lección sobre el color del atardecer y el amanecer en el arte. En particular, mediante el estudio directo de las pinturas de Diefenbach, se comprendió cómo la luz puede ser un instrumento para la búsqueda de uno mismo.
El filósofo Aurelio Andrighetto abordó desde el punto de vista científico la percepción del color, investigando cómo la retina puede absorber la luz y convertirla en medio de conocimiento de la realidad.
Al final del encuentro, con las palabras de los poemas más bellos de la literatura, los invitados se reunieron en el faro de Punta Carena, lugar simbólico de la isla, fuente de luz artificial que, sin embargo, embellece las noches estrelladas de Capri.